Placas Vitrocerámicas

Las placas vitrocerámicas son el sistema más utilizado para cocinar en los hogares de nuestro país en la actualidad, aunque muchas están siendo sustituidas por placas de inducción debido a sus ventajas en eficiencia y seguridad.
Una vitrocerámica te ofrece una serie de beneficios frente a las placas eléctricas tradicionales. Cuenta también con una resistencia eléctrica que se calienta con el paso de la corriente eléctrica y transmite el calor a cualquier recipiente o menaje que coloques encima de la placa de vidrio. Al encontrarse bajo esta capa, su mecanismo está mucho más protegido. Además, a diferencia de una cocina de inducción, te permite utilizar cualquier olla o sartén, aunque no estén fabricadas con acero inoxidable. Si quieres cocinar cierto alimento en un recipiente de cerámica, con este tipo de placa de cocina podrás hacerlo sin ningún problema.

Capacidad y tamaño de una vitrocerámica

Presta atención al espacio del que dispones en tu cocina y ten en cuenta todas tus necesidades. Es importante adquirir una placa vitrocerámica con las medidas y prestaciones adecuadas. El tamaño estándar o más habitual está entre los 60 y 70 cm, aunque también puedes encontrar placas vitrocerámicas de 90 cm o incluso superiores.

Lo más común es que una placa cuente con varias zonas de cocinado. Hace unos años, la mayoría de modelos de contaba con 4 fuegos. No obstante, desde hace un tiempo se vienen fabricando muchas placas vitrocerámicas de 3 fuegos, siendo uno de ellos extra grande para poder cocinar en recipientes de mayor tamaño. También las hay más pequeñas, las llamadas placas modulares, con una capacidad máxima de dos fuegos. Y si lo que buscas es la mayor flexibilidad y libertad posible a la hora de cocinar, echa un vistazo a los modelos de placas de inducción flex.

Igualmente, puedes encontrar placas portátiles, o con distintos diseños. ¿Has visto alguna vez una placa vitrocerámica blanca? Este color puede quedar estupendo en combinación con diferentes estilos y estéticas, y marcar una diferencia considerable con el más habitual color negro.